Los padres de familia con criaturas en Primaria ya podemos incorporar un nuevo trabalenguas de esos con los que nos gusta martirizar a la prole; algo del estilo: La infanta está imputada, ¿quién la desimputará?, la Audiencia provincial que la desimpute buena (admiradora, amiga, esclava o sierva) desimputadora será. Y, por primera vez, la sabiduría, que nuestros vástagos nos suponen, podrá verse acreditada por la cruda realidad. No nos servirá para presumir en el parque tanto como el iPhone5 de colorines, pero de puertas para dentro igual deja algo de rastro, a fin de cuentas es una apuesta segura.
Arrancamos el año igual que lo terminamos, con un prócer haciendo el paseillo por los tribunales y con el turnomatic de éstos repartiendo más números que el Horno de San Onofre el día del roscón. Ésto nos debería invitar a confirmar que el calendario es algo convenido y que por más sortilegios de brujo de pacotilla que empleemos con forma de uva, lenteja, destellos de metales preciosos sumergidos en el cava, lencería de colores o lo que se os ocurra, las diferencias entre la noche del 31 de diciembre y las del 24 de marzo sólo tienen que ver con nuestra distancia e inclinación con respecto al Sol. Sin embargo, es harto probable que, con el empuje que provoca la ingestión temeraria de frutos de la vid, algunos aprovechen para dar pábulo a acartonadas demandas de su conciencia, las cuales girarán de nuevo sobre sí mismas en el sentido que les marque su posición en según qué hemisferio del planeta se encuentren y desaparecerán, pasado un pequeño espacio de tiempo amenizado por la siempre agradable banda sonora de la cisterna del WC.. Allá cada cual con la suya, pero conmigo que no cuenten ya que el Satori, como el cielo, pueden seguir esperando porque no llevo prisa y menos que me ha entrado cuando he conocido los cinco mandamientos de la nueva creencia on fire en el mundillo cool. Querido Maestro Shihan, en lo que al Reiki se refiere, me temo que tiene ante usted al pecador de la pradera del que hablaba esa encarnación del mal con patillas.
Y es que, una tabla de mandamientos no puede comenzar peor. No te irrites, clama la primera imposición de esta reciente sabiduría popular. Supongo que descontando a los productores de Mitosyl y a los fabricantes de espumas de afeitar con aloe vera, debo ser el sujeto en el planeta tierra al que menos gracia le haga semejante patochada. Abandonar la irritación, cuando es lo único que nos queda en los tiempos que corren, es aplicarse vaselina donde está usted pensando, precisamente para que no se irrite. Además, resultaría delito de lesa humanidad para el mundo del arte que no hubiera conocido a sujetos tan irritados como Cioran, Baroja o el más coetaneo pero impagable "váyase usted a la mierda", que todos podemos recordar. La vida sin irritación puede resultar como una olla expres sin válvula: el desastre cardiovascular está garantizado.
El segundo mandamiento es igual de superfluo, pero haciendo justicia, debemos recordar que es la base de la historia de la religión, como herramienta de sometimiento social y de irresponsabilidad individual, desde tiempo inmemorial y no vamos a hacer al Reiki penar por ello en exclusiva. Su No te preocupes, bien podría traducirse como Alá proveerá, el Cielo recompensará con creces, etc. Soflamas hipócritas y estériles, ya que si la gente no se preocupara, estas creencias carecerían de clientes.
Su tercera propuesta podría ser asumible, si en la práctica no hubiéramos visto en qué se convertía, claro. Sé agradecido parece que lo podría firmar cualquier sujeto en su sano juicio. Sin embargo, sabemos de sobra, por experiencia, en qué se traduce y qué contiene la traidora letra pequeña que irremedialemente acarrea consigo este imperativo en la cruda realidad. Lo de siempre, agradecido: con el poderoso, con el influyente, con el favor debido y tirano con el que nada tiene que ofrecer.
Trabaja con diligencia se postula como cuarto mandamiento. Suena bien si lo pusieran rotulando cualquiera de los ministerios. Lo que ocurre es que lo del trabajo que nos hará libres es una melodía que nos suena demasiado y no precisamente bien.
La última de las proclamas, agradezcamos al menos su brevedad, nos impele a ser amables con los demás. Lo que no sabemos, porque no se precisa, si los demás incluye al antidisturbios que te abre la cabeza con diligencia, al consejero de turno que privatiza los análisis de sangre para irse a currar a Unilabs, a su consonsorte con suerte que nos desea que nos jodan a los desmpleados, a los salvapatrias de la CEOE que se reunen con Merkel no sabemos si para hablar de sus cuentas en Suiza, o al campechano y sus adláteres que siguen tratando a los caudillos saudíes como todos bien sabemos que no merecen, por un buen puñado de dólares. Lo véis, de nuevo incumpliendo el primer mandamiento.
Así que ya lo tenéis, destripada la nueva superchería que habla de utilizar la energía vital universal y me temo que no se refiere ni a la provocada por la fisión del Cesio 137, de la que tanto saben en su Japón natal, ni a la más sulfurosa pero menos radiactiva de la ventosidad post digestón de leguminosas, ambas bastante menos pretenciosas pero ancladas en la realidad del método científico.Así que si lo que deseáis es curar enfermedades incurables, colocad vuestros tímpanos en disposición de escuchar con atención al Maestro, el resto está de más.
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