No hay güevos

La siempre estridente Ministra de Trabajo ha vuelto al candelero estival con una nueva ocurrencia trasnochada. Si lo de rezar a la Virgen del Rocío (por qué no a la de Infojobs que parece más puesta en el asunto o mejor a San Judas Tadeo, mucho más en línea con el panorama actual) para lograr un trabajo había puesto de manifiesto su extensa carrera curricular en lo que a la búsqueda de empleo se refiere (los descreídos podéis consultar aquí: su devenir profesional es un no parar de altas y bajas en la seguridad social... todas en el partido, claro), su última apuesta por la delación, como herramienta para combatir el fraude en la percepción de prestaciones de forma indebida, no es sino una clara apuesta por los métodos de investigación tradicionales y de moda en los regímenes democráticos consolidados, a saber la España de la Inquisición, la Alemania Nazi, la Argentina de Videla, los States del senador Mc Carthy o la URSS de Stalin, momentos y lugares donde la denuncia anónima sobre el vecino de la puerta de al lado albergaba la esperanza de que le dieran un paseo en carreta, tren o avión, pero en todos los casos, exclusivamente con el billete de ida.

El vulgo, que ya no sabe si cortarse las venas o dejárselas largas, ha optado por el descojone integral y ha colapsado el buzón de entrada con misivas que igual hacen referencia a la reputada tesis de la Doctora en Derecho Laboral Sra. Cospedal sobre las bajas en diferido, que a la dificultad para estimar la base imponible del monarca de titanio ante el oscurantismo del reparto que se hace en Zarzuela de la asignación presupuestaria. Y es que en el fondo somos un país de órdagos al primer envite. Apostaría un céntimo de euro a que el nombramiento de la ministra rociera y el primer mensaje de coña al buzón de las denuncias tienen en su origen el manido detonante "no hay huevos". Porque no alcanza al sentido común otra hipótesis que lo ampare.

Y es que, si bien es razonable apostar porque semejante motor encienda comportamientos ridículos, esos que igual explican la recuperación del islote de perejil con diario de bitácora redactado a lo Pérez Reverte por el embajador en Londres, el mismo que antaño alquilaba aviones en los bazares de todo a un euro para la tropa, como alientan la salida de pata de banco en portada de ABC del ínclito Margallo con el decrépito asunto de Gibraltar. Se entiende que como fuego de artificio con el que despistar a la chusma para que no sigamos mirando hacia Alcalá Meco. Digo yo que la broma tiene un límite y que alguien en su sano juicio debería explicar a esta tripulación que lo malo de la mierda no es sólo que se vea, sino que huele. Y que por más que nos levanten el brazo para que nos fijemos en su dedo y no en la luna, es tal la nausea que provoca el pestilente hedor de sus axilas trajeadas para acudir al próximo Consejo de Administración de la compañía energética de turno, que igual sería mejor que no hicieran nada y se lo metieran en cualquier orificio al aire, como tenemos por costumbre los españolitos de a pie mientras esperamos frente al volante en los semáforos de la urbe. Igual manteniendo los dedos ocupados no les hubiera dado por tocarnos los huevos o, peor aún, por seguir puliéndose el dinero, el mismo del que parece ya nos han convencido que no existe en las arcas públicas (pichones), en los negocios donde culminarán sus posaderas mientras transcurre una dorada jubilación en la que la palabra dieta sólo les aparecerá bajo la acepción que versa sobre la remuneración al miembro del órgano de administración de sociedad mercantil. Se ve que me voy calentito de veraneo.

PS.I: Por cierto, me fastidia justificarme en lo que a comentarios machistas se refiere, pero, visto el perfil profesional de las señoras ministras, excepto la apellidada Pastor, que ya barrunta un oficio en su nombre familiar y que al menos ha sido médico, así como el de la próxima presidenta de la Junta de Andalucía, en el que todas comparten el no haber desempeñado trabajo alguno por cuenta ajena en su vida y no haberse bajado de los cargos del partido desde su militante juventud, alguien debería replantearse estos modelos de igualdad de oportunidades más cercanos al marketing que a la esencia de lo que se trata.

PS II: Rectificando que es gerundio: Anda que el de sus compañeros ministros... también es para echarse a llorar. Si alguno ha tenido un cargo relevante es el que ha participado en el hundimiento de Lehman Brothers  . País!


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