Ayer desistí con el INEM. El sujeto que me atendió conservó durante largo tiempo su valiosa paciencia aderezada con esas gotas de empatía, que de un tiempo a esta parte se muestra desde el otro lado del mostrador con los exciudadanos, esos que presentan todos los boletos para resultar expulsados de la casa en la que vivían y que no hace tanto conformaba lo que llamamos sociedad .
El caso es que de nuevo me fui como volví. En realidad, nada diferente de lo esperado. Ningún trabajador de la esforzada oficina de empleo consiguió darme alguna pista respecto de las ocho vacantes de exorcistas que andan deseando cubrir, entre otras cosas que me imagino ansían cubrir, en la conferencia episcopal española.
Me jode sobremanera que una institución tan adherida a la administración del estado español no haya tenido a bien colocar el pertinente anuncio en el INEM; demonios, ahora que sabemos por la Ministra de Trabajo que todas nuestras esperanzas para encontrar un empleo con salario se reducen a la intervención de la Virgen del Rocío, bien estaba que ésta o cualesquiera de los que moran con ella en tan divinos aposentos hubieran devuelto la confianza externalizando la selección de los candidatos en la agencia pública de empleo. Pero ya se sabe por el Antiguo Testamento que el Altísimo es rencoroso hasta las trancas mas el tema de recompensar... hay que esperar a palmarla, lo que en algunos sigue suscitando ciertas dudas... receloso que es uno.
También he preguntado en las ETTs más célebres y hasta me he permitido indagar en Informa si algún apellido Rouco o Cañizares forma parte de alguna de ellas, no sea que resulten como el ínclito del Pabellón Auditivo de tamaño XL que desde el Ministerio del Interior contrataba con su interesada Eulen. También he hecho agua en esta ocasión. Todo pinta que tan delicada elección ha obligado a la empresa eclesial española a promover un proceso de selección con sus propios medios, carente de intervención externa más allá de la siempre bien recibida ayuda de la clarividencia y, claro, como hace tiempo que no honro con mi presencia en sus templos, me siento como los notificados por el BOE: about being a day late and a dollar short.
Sin embargo, es tal la confianza que tengo en que mi candidatura se ajusta al puesto como anillo al dedo que lanzo esta proposición urbi et orbe como el náufrago de la botella, desesperado pero con ciertas expectativas.
Y es que, poniéndome en los zapatos del entrevistador veo claras mis posibilidades. Imagino que de un plumazo habrán eliminado todos los candidatos con experiencia en la casa. Resulta evidente que no es un puesto apropiado para la promoción interna. Y si les queda la más mínima duda no tienen más que ver el pobre resultado del padre Berriatúa y su acólito José María de Carabanchel. Bonita parábola de la idea que afirma que al enemigo hay que conocerlo, lo que no justifica que la falta de criterio con el lado oscuro de las cosas nos aboque sin remedio al trastorno pendular de escoger a uno de ellos para solventar la carencia. Como siempre la
elección segura, excepto que seas una fémina con cierto atractivo en la que para ser honestos te recomendaría que nunca escogieras al gris, te decía, que el acierto está en la infantería de grises. Esa vulgar soldadesca con conciencia suficiente para comprender cuándo está obrando mal, pero con voluntad insuficiente como para siquiera presentar batalla a la caída en la tentación con todas sus consecuencias cuando la recompensa se palpa con la yema de los dedos.
elección segura, excepto que seas una fémina con cierto atractivo en la que para ser honestos te recomendaría que nunca escogieras al gris, te decía, que el acierto está en la infantería de grises. Esa vulgar soldadesca con conciencia suficiente para comprender cuándo está obrando mal, pero con voluntad insuficiente como para siquiera presentar batalla a la caída en la tentación con todas sus consecuencias cuando la recompensa se palpa con la yema de los dedos.
Cumplida a mi juicio la primera de las condiciones necesarias, queda hacer hincapié en mi cotidiano trato con los entes del maligno. Dicen en casa que cada vez que veo un partido de fútbol salen sapos y culebras de mi boca, ergo creo que podría resistir sin dificultad cualquier argumentación de Belcebú con una dialéctica apropiada y sin derrochar ni una gota de la preciada agua bendita como el asustadizo padre Karras. Además, puedo añadir a mi favor que el glosario de vocablos groseros está ganando peso en mi lenguaje cotidiano frente al Telediario. Se puede decir que me mantengo en plena forma.
Por supuesto, junto con requerimientos del sistema que se diría si fuera una App por instalar, cuento con ciertas habilidades técnicas capaces de expulsar el demonio de dentro de uno. No he hecho anuncios como el atractivo actor de los bío pero sin entrar en detalles, puedo presumir de ciertas habilidades en lo que a la extracción de entes diabólicos se refiere.
Así, que nada, quedo a la espera de recibir la oferta con los detalles de la misma que se refieran al horario, salario y demás condiciones del trabajo, aunque si la alternativa es currar por la patilla para la señora Botella igual estoy dispuesto a aceptar pagar 5,00 euros por el gin-tonic en la cafetería de la calle Añastro.
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